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Historia del Palacio Real de la Granja de San Ildefonso

En el corazón de la provincia de Segovia, en España, se encuentra la majestuosa Granja de San Ildefonso, un tesoro histórico y arquitectónico que ha cautivado a visitantes durante siglos. Fundada en el siglo XVIII por el rey Felipe V de España, esta residencia real fue concebida como un refugio de verano para la realeza española, escapando del calor de la capital, Madrid.

Antecedentes históricos

Se sitúa en la zona norte de la Sierra de Guadarrama, que durante la Edad Media era territorio de caza reservado exclusivamente para los monarcas de Castilla debido a su abundante vida silvestre y su cercanía a Segovia. El rey Enrique III ordenó la construcción de un refugio real para los cazadores, conocido como la Casa del Bosque, en el pueblo de Valsaín. Posteriormente, el rey Enrique IV erigió un alojamiento junto con una pequeña ermita en honor a San Ildefonso, que sería donado en 1477, junto al alojamiento y los terrenos adyacentes, a los monjes jerónimos del Monasterio del Parral (Segovia). Estos monjes realizaron modificaciones y solían trasladarse allí durante los meses de verano, ya que el clima fresco de la Sierra resultaba más agradable que el de Segovia. Esta granja, que servía como lugar de retiro y esparcimiento para los monjes del Parral, fue el origen del pueblo y tomó su nombre de este lugar.

Palacio de Valsaín hacia 1633. Obra de Félix Castelo

El rey Felipe II llevó a cabo una importante remodelación, convirtiendo el edificio en un lujoso palacio que fungió como residencia para sus sucesores hasta el reinado de Carlos II. Sin embargo, en 1682, un devastador incendio destruyó la parte occidental del palacio. Su denominación proviene de la antigua granja perteneciente a los monjes jerónimos del Monasterio de El Parral, que se encontraba en las cercanías.

Fotografía posterior al incendio perteneciente a la colección de J.F.Sáenz Pajares

En el año 1719, el rey Felipe V ordenó la construcción de una capilla en los alrededores de la granja, manteniendo intacta la estructura existente, sin demoler ninguna parte de la edificación original.

Felipe V y la construcción del Palacio

Retrato de Felipe V, por Jean Ranc. Museo del Prado.

Felipe de Borbón, duque de Anjou, ascendió al trono español en 1700 tras la muerte de Carlos II (su tío-abuelo), siendo el primer monarca de la Casa de Borbón en España. Su acceso al trono desencadenó la Guerra de Sucesión Española debido a que la casa Habsburgo quería conservar el poder en España, proponiendo como rey al archiduque Carlos, futuro emperador del Sacro Imperio.  No obstante, Felipe fue reconocido como legítimo rey de España por todos los países, con excepción de l archiduque Carlos, entonces ya emperador, que seguía reclamando para sí mismo el trono español. El duque de Anjou fue reconocido por todos los países como legítimo rey de España y de las Indias por todos los países, con excepción del archiduque Carlos, entonces ya emperador, que seguía reclamando para sí mismo el trono español.

Se crió en la Corte de su abuelo, el rey Luis XIV de Francia, quien consideraba la cultura y el arte como un medio para demostrar la grandeza real. Rescostándose en estos ideales, ordena la construcción de un magnífico palacio construido inspirado en su Versalles natal y elige el lugar en el que se encontraba la ermita de San Idelfonso. La elección del lugar no es casual, sino que solía visitar con regularidad los bosques reales de Valsaín, disfrutando de jornadas de caza en compañía de la reina y el duque del Arco. Cautivado por la belleza natural del paisaje y la abundante vida silvestre que encontraba en esa zona, la eligió como cuna de su magnífico palacio y compró a la comunidad de monjes del Parral la granja-ermita, la hospedería y terrenos circundantes. 

Planos de la planta del Palacio diseñado por Ardemans


Teodoro Ardemans, maestro mayor del Real Palacio y la Villa de Madrid, tuvo a su cargo la elaboración de los planos y el diseño del nuevo palacio, comenzando su construcción en 1721. La ejecución de la obra estuvo a cargo de Juan Román, mientras que la planificación y construcción de los jardines se iniciaron simultáneamente bajo la dirección de René Carlier y Étienne Boutelou. Los movimientos de tierra fueron supervisados por el ingeniero Étienne Marchand, quien asumió la dirección de las obras en 1725. La creación de las fuentes y estatuas fue llevada a cabo por destacados escultores como René Frémin, Jean Thierry, Hubert Demandré, Pedro Pitué, Santiago Bousseau, entre otros.

Jardines de la Granja de San Ildefonso hace 300 años

El diseño de los jardines siguió el estilo clásico francés, influenciado por Le Nôtre, reconocido por su trabajo en los jardines de Versalles. Inicialmente se planeó realizar las esculturas de las fuentes en bronce, pero por limitaciones económicas, se optó por el plomo, estableciendo la fundición en el palacio de Valsaín. A partir de 1724, el Real Sitio adquirió su máximo esplendor al convertirse en la residencia de verano del rey de España, con su respectiva corte.

Busto de Antinoo, perteneciente al a Colección de esculturas de la Reina Cristina de Suecia

En la planta baja del palacio, se exhibía la colección de esculturas de la reina Cristina de Suecia, reunida durante su exilio en Roma tras su renuncia al trono. Felipe V adquirió estas esculturas junto con sus pedestales, hechos en Italia por encargo de la exreina sueca, los cuales aún permanecen en los espacios originales. Las esculturas fueron trasladadas al Museo del Prado en el siglo XIX y reemplazadas en sus pedestales por réplicas de escayola.

El Palacio tras Felipe V

El rey Felipe V muere el 9 de julio de 1746 y es enterrado en la Colegiata. Isabel de Farnesio, durante el reinado de su hijastro Fernando VI, se retiró a San Ildefonso. La reina, italiana, encargó a paisanos suyos, bajo la supervisión del pintor y arquitecto Andrea Procaccini, una ampliación del palacio. Así, entre 1727 y 1737, se añaden dos patios abiertos, uno de los cuales, el llamado Herradura, es actualmente la principal entrada al palacio. La reina murió el 11 de julio de 1776 recibiendo sepultura, como su esposo, en la Colegiata y no en la cripta real de El Escorial por su propia decisión.

Felipe I de Parma con su familia. Cuadro de Giusseppe Bardrighi

El reinado de Carlos III el Real Sitio adquirió su ordenación definitiva. Durante los siglos XVIII y XIX, el Palacio de San Ildefonso fue la residencia de verano de los Borbones y en él se celebraron hechos relevantes de la historia de España: la boda de Carlos IV con María Luisa de Parma; la firma del Tratado de San Ildefonso entre España y Francia, el ministro Calomarde consigue durante la agonía de Fernando VII que se derogue la pragmática sanción decretada por Carlos IV a petición de las Cortes de 1789; los sargentos sublevados de la guarnición, obligan a María Cristina de Nápoles a proclamar la Constitución de 1812. Fue asimismo lugar de recepción de embajadas, nacimiento y bautizo de infantes, entre ellos el de la infanta Isabel (La Chata) y el de D. Juan, padre de Juan Carlos I. Sufrió un devastador incendio el 2 de enero de 19183​4​ que afectó a la techumbre de todo el palacio y a la Casa de Canónigos, quedando destruidos los frescos que decoraban los techos de la planta alta, algunas lámparas de cristal y bronce, muebles y las riquísimas telas que adornaban las paredes de los salones de esta planta.

 

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